En el mero Centro Histórico de Delicias, ante la estatua del Padre de la Patria, hace 27 años que el restaurante Bandidos Steak House hace las delicias gastronómicas de los delicienses.
Con su sazón tradicional, abona a la fama de la cocina local y regional, con su ambiente casero y su decoración cinematográfica, crea el clima ideal para el disfrute a cuerpo de rey de un excelente platillo.
Sus entremeses, las aguas frescas deliciosas, sus cortes sabrosos, la atención personal de sus dueños, ejemplo imitado por cocineros, meseros y demás empleados, hacen de BANDIDOS el lugar indicado para un real banquete.
Su propietario, el ingeniero Jorge Alberto Torres García, oriundo de Matamoros, se avecindó entre nosotros en 1995, cuando vino como agente de ventas de una compañía distribuidora de semilla de sorgo.
En esa calidad, rentó un pequeño local anexo al restaurante que iniciaría un año después, con la idea de abrir un negocio de tacos estilo tamaulipeco, todo ello por la influencia genética de su señor padre el reconocido profesor Nardo Torres Garza.
El proyecto fue modificado y en una cabañita para 10 mesas empezó a ofrecer parrilladas, un platillo casi desconocido en Delicias.
Todo iba bien, ya estaba casado con la Lic. Mariana Valles Bolívar, quien lo haría padre de Jorge Issac y Máximo Issac.
Sin embargo, en una de esas crisis tan comunes en los negocios, vinieron tiempos de vacas flacas, no obstante las ganas que le echaba tomando un curso de chef en la ciudad de Chihuahua y administrando con cuidado.
Los ahorros se agotaban y el plan era cerrar dentro de un mes, cuando llegó a Delicias en plan de vendedor de publicidad para Televisa un ex condiscípulo de Jorge y le ofreció jugarse un albur: contratarle 5 mil pesos de tiempo aire, a pagarse si había resultados y a fondo perdido si no.
Aceptó el reto, la pantalla chica hizo su magia y el negocio se fue para arriba, al grado de que vendieron una franquicia para Camargo, abrieron una sucursal en la Avenida San Pedro Sur y pensaron en aceptar una oferta para inaugurar otra en San Francisco, California.
De entonces a la fecha, BANDIDOS se convirtió en un referente gastronómico local, regional y hasta internacional: paisanos que vienen de vacaciones dicen que venir a Delicias y no comer en BANDIDOS es como no venir.
Ante la memoria de los años, el ingeniero y su esposa recuerdan que algunos de los empleados que han tenido ahora son profesionistas o empresarios y cuando van a comer con ellos, les platican a sus familias que cuando estaban estudiando trabajaron ahí y los dueños hasta cambiaban de horario de apertura y cierre para que no faltaran a clases.
Un talismán de buena suerte fue Chespirito, que al venir a Delicias en la cúspide de su fama, acudió a cenar junto con su elenco al terminar el show en el Teatro de la Ciudad, y extasiado por la sazón, les vaticinó la buena fortuna que han tenido.
Pero más que en las profecías de Chespirito, creen en la disciplina del trabajo, en la calidad de su materia prima, en el servicio diligente, la atención personalizada, el decorado del local con motivos cinematográficos y revolucionarios, lo que en conjunto les ha redituado numerosos premios y reconocimientos a su excelente cocina. Bandidos Restaurant, con el sabor de una Leyenda.